Mérida
Ruta guiada gratuita recorre lugares de memoria de Mérida en II República y Guerra Civil
Complementará este sábado, la presentación del libro 'Extremadura contra el olvido, historias de memoria y resistencia', de Ángel Olmedo y Chema Álvarez
Los propios autores serán los encargados de hacer de guía en esta ruta que partirá a las 10,00 horas de la Plaza de Santo Domingo y recorrerá buena parte del centro para dar a conocer las historias que esconden algunos de los lugares cotidianos de la capital extremeña y "todo lo que ocurrió" en Mérida durante aquellos años.
En este recorrido por los "lugares de la memoria", aún quedan vestigios que hablan de la historia reciente de la ciudad. Así, se conocerán episodios como la huelga de mujeres que paralizó la ciudad en los años 30.
El libro de Olmedo y Álvarez se presentó recientemente en la Feria del libro de Mérida, en el Templo Diana. Se volverá a presentar este vienes, día 16, a las 20,00 horas en el Ateneo libertario y nuevamente el viernes 30 de mayo a la misma hora en la Enredadera.
EMERITENSES PROTAGONISTAS DE LA ÉPOCA
Durante el recorrido de la ruta, también se dará a conocer brevemente la historia de algunos de los emeritenses protagonistas de aquel tiempo. No se trata de la historia de grandes dirigentes ni de personalidades encargadas de tomar decisiones, sino de la gente del pueblo, de vecinos y vecinas anónimos que se vieron envueltos en unos "acontecimientos que marcarían su vida", informa la Enredadera en nota de prensa.
Algunos de estos llamados "lugares de la memoria" de Mérida son la estación de trenes, donde, a partir del golpe de Estado, llegaban los "cientos de presos republicanos de todas partes para ser alojados en los improvisados recintos", como el cuartel militar, la plaza de toros o en el campo de concentración en el Convento de Santo Domingo.
En este último, hoy día casi en ruinas y cerrado al público, hubo cientos de emeritenses presos sin juicio. Allí quedaban en depósito, "como ganado apriscado" a la espera de pasar a la sede de los consejos de guerra, el Liceo de Mérida. Una vez condenados a muerte, eran trasladados hasta el lugar donde fueron asesinados y "desaparecidos". Según los autores, cientos de emeritenses fueron sepultados en las fosas comunes del cementerio de Mérida.