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22 agosto 2025
Un grupo de jóvenes llegó a las costas de Nazaré y “plantó” un tronco seco en la arena. No era un simple juego, sino un gesto que representaba la intención de sembrar la fe en lo profundo del corazón. Así comenzó el campamento de los Peregrinos de la Eucaristía, donde la peregrinación espiritual se vivió en cada detalle.
Durante una semana, estos adolescentes aprendieron que vivir el verano desde la fe es posible, y que Jesús Eucaristía puede llenar de sentido cada paso, cada encuentro y cada sonrisa.
Desde diferentes puntos de España partieron hacia Fátima acompañados por miembros de esta comunidad. El viaje, aunque físico, fue también un camino interior. Cada uno llevaba una meta clara: encontrarse con Dios en medio de lo cotidiano.
En las camisetas, la frase “Tú eres mi meta” con una custodia integrada recordaba que Jesús Eucaristía no es solo un destino, sino la compañía constante. Él guía al que quiere ser Peregrino auténtico en medio del mundo.
En Nazaré conocieron al Venerable Guido Schäffer, ejemplo de fe joven y valiente. También visitaron un santuario donde la Virgen es venerada desde hace siglos. Al día siguiente, exploraron las Grutas da Moeda y disfrutaron de dinámicas al aire libre.
El tercer día fue el más emotivo: el Santuario de Fátima abrió sus puertas a estos peregrinos modernos que, entre rezos y canciones, descubrieron que la fe puede ser alegre y profunda al mismo tiempo.
Durante toda la semana, cada acción contaba. No solo importaba ganar juegos, sino también cómo se trataba al otro. Así, aprendieron que el verdadero premio es el servicio silencioso y constante.
Una noche, el silencio dominó. Velas en mano, los adolescentes esperaban. Cuando Jesús Eucaristía fue llevado en adoración, una a una las luces se encendieron, y con ellas los corazones.
Fue un momento lleno de profundidad, donde la fe dejó de ser teoría para convertirse en presencia real. Una experiencia que muchos no olvidarán jamás.
Al regresar, los jóvenes sabían que no eran los mismos. Habían vivido una semana que transformó su mirada. Ahora sabían que ser Peregrino no es solo caminar, sino saber hacia dónde y con quién.
La roca sobre la que habían edificado esa semana es Cristo. Y aunque el campamento terminó, la peregrinación sigue en cada rincón de su vida diaria.
Los Peregrinos de la Eucaristíason una familia conformada por consagrados, consagradas, sacerdotes y laicos, donde cada miembro, según el carisma y la espiritualidad que lo identifica, realiza la ofrenda de su vida a Dios a semejanza del Cordero de Dios, para, como Él, ser auténticos servidores de Dios y de los hombres.
Su misiónconsiste en vivir la misma vida de Nuestro Señor Jesucristo, presente y vivo en el misterio de la Eucaristía, y comunicar esa vida a todos los que se acercan a ellos. Esta vivencia se expresa en los distintos apostolados con los que la comunidad es enriquecida, para poder dar respuesta a las necesidades pastorales concretas de cada uno de los lugares donde el Señor les envía, especialmente allí donde la fe necesita ser fortalecida: en contextos marcados por el dolor, la incertidumbre o el abandono. A través de la oración, la vida misionera y el compromiso fraterno, los Peregrinos de la Eucaristíabuscan ser testigos del amor de Dios, llevando la luz de Jesús Eucaristía a quienes más lo necesitan.
