Cuando estábamos a punto, en esta era histérica, de rendir culto en exclusiva a la tecnología digital, como si fuese un dios único que en unión con su esposa Doña Inteligencia Artificial han alumbrando a la generación analógicamente más inútil de toda la historia, va y sucede lo que nadie esperaba: ¡El apagón!.
Así, como si fuese el título de una película preapocalíptica, se nos regala un día sin internet, sin ordenadores, sin móviles ni tablets, sin vitrocerámica, sin iluminación, sin teléfono ni correo electrónico con el...
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